
Sin embargo, eso no es nada con lo que a veces pasamos en la peluquería. Ahí me gustaría verlo a mí, con el peine en una mano, la maquinilla en la otra, y la cabeza de un niño llorando y moviéndose en el sillón sujetándola con la otra mano.
Os pongo unas fotos para ver si con algo de suerte, José María Calleja las ve y se atreve a hacer un programa sobre el tema: hoy Desafío Extremo sobre cortando el pelo a un niño.
Si es que son tan monos...
Saludos¡¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario