La peluquería de guerrillas. Un caso práctico.

Es raro lo que en la peluquería no está bien. En cuanto a las tendencias, a mí particularmente me gusta casi todo. Y casi todo se puede aprovechar, sobre todo para alimentar la inspiración. Sin embargo, cada mañana, cuando levantamos la persiana, nos enfrentamos a la cruda realidad. Cada clienta (o cliente) es un mundo, y casi nadie tiene tiempo para llevar un peinado de pasarela.

Nosotras al menos lo vemos así. Podríamos decir que nos dedicamos a la peluquería de guerrillas. No voy a repetir otra vez lo mismo que dije en otro post sobre el peluquero y el estilista. Sólo os pongo unas fotos de un reciente trabajo realizado en la peluquería.
Esta clienta en particular es una chica joven. Muy activa. Con un trabajo de responsabilidad en unos grandes almacenes que no diré el nombre (¿pero existen otros?). Le gusta ir a la moda, con un look que por supuesto le favorezca, pero sencillo y fácil de peinar cada mañana. 
El tono rojizo le va que ni pintado a su piel (blanca, con pecas), y además, según Vogue, es la tendencia en color. Pues nada, le haremos caso, jeje.

Y en cuanto a volúmen, lo podemos solucionar con unas sencillas extensiones de anilla. No queremos largura, queremos densidad. Pues ya está. Sobre todo que se vean naturales, que no se noten si no lo dices tú misma (como lea esto me mata).
De raya al medio ni hablamos, al menos hoy. La ponemos al lado que es donde la he visto toda la vida.
Sólo falta subirse a la moto y afrontar la guerrilla de hoy.
Un saludo¡¡